24 de agosto de 2021

PRISIÓN DE ALCATRAZ:

La isla de Alcatraz, situada en la Bahía de San Francisco, recibió su nombre en 1775 cuando los exploradores españoles llamaron a la pieza rocosa de tierra “La Isla de los Alcatraces”. La isla estuvo deshabitada por completo, hasta que en 1847 Alcatraz fue tomada por el ejército de Estados Unidos. La Roca tenía un valor estratégico extremo, especialmente durante los momentos de gran tensión política entre Estados Unidos y México. Así, en 1853 se inició la construcción de una fortaleza militar. Un año después se construiría un Faro.

En 1861, Alcatraz comenzó a recibir prisioneros de la Confederación, gracias a su aislamiento natural creado por las aguas circundantes. Se trataba de soldados, corsarios confederados, y simpatizantes del sur. Ellos fueron confinados en el oscuro sótano de la casa de guardia y las condiciones eran bastante sombrías. Los hombres dormían de lado a lado, de pies a cabeza, tirados en el suelo de piedra del sótano. No había agua corriente, ni letrinas.

Estos hombres se veían limitados por las cadenas de hierro enganchadas a una gran bola y eran alimentados con pan y agua únicamente. En 1904, se comenzó a trabajar para mejorar las instalaciones que quedaron acabadas en 1909. Equipos de prisioneros ampliaron el muro y la empalizada de un nuevo comedor, construyeron una cocina, una biblioteca y un lavadero.

Durante la década de 1920, Alcatraz fue cayendo en desuso. Sólo el guardián del faro, unos pocos miembros del ejército y los presos más endurecidos se quedaron en la isla. El crimen de las calles y la agitación social de los años 1920 y 1930 hizo que el gobierno americano se planteara la construcción de una penitenciaría a prueba de criminales. Decidieron que Alcatraz sería el lugar perfecto y el proyecto se inició rápidamente, construyéndose el edificio sobre el antiguo fuerte militar.

Los presos más incorregibles de todas las prisiones del país fueron enviados a la “Roca”. Aquí se incluían reclusos con problemas de conducta, los de mayor historial en intentos de fuga e incluso los más famosos como Al Capone o Floyd Hamilton, conductor de Bonnie & Clyde.

Los gritos de sufrimiento de estos hombres se podían oír a veces por todos los bloques de celdas, cuando eran golpeados en las celdas de castigo o “agujero” como les llamaban. De allí solían salir los que lograban hacerlo, con neumonía y artritis después de pasar días o semanas en el frío suelo de cemento completamente desnudos.

Muchos de los prisioneros que pasaron varios años en Alcatraz, terminaron locos. El 23 de marzo de 1963, Alcatraz cerró sus puertas para siempre. En 1972, el Congreso puso a Alcatraz bajo la competencia del Servicio de Parques Nacionales y fue abierta al público en otoño de 1973. Hoy día se ha convertido en uno de los sitios más populares y visitados gracias a los sucesos extraños que en ella se producen.

Muchos creen que la energía de aquellos que vivieron y murieron en la “Roca” sigue aquí concentrada entre sus muros, un lugar donde pueden suceder y suceden cosas extrañas. Son innumerables los testimonios de vigilantes que dicen oír sonidos procedentes de algunas estancias como la sala del hospital, pero al dirigirse al lugar y registrarlo está vacío.

Un empleado del Servicio del Parque declaró que había estado trabajando una tarde lluviosa y como el número de turistas no era muy alto tuvo tiempo libre para pasear un rato. Fue entonces mientras pasaba por la puerta que conducía a los calabozos, cuando oyó un grito desde el fondo de la escalera. Cuando se dirigió al lugar allí no había nadie.

Varios de los guías y guardas forestales también han expresado su extrañeza sobre uno de los “agujeros”, en concreto el número 14D. según sus testimonios, “hay un sentimiento de gran intensidad, como de opresión en el pecho después de pasar unos minutos alrededor de esa celda”. Otro guía decía al respecto, “esa celda 14D siempre está fría. Es incluso más fría que las otras tres celdas oscuras existentes. No puedes entrar en ella sin la chaqueta”.

Una serie de antiguos guardias de prisiones, también hablaron de algunos incidentes aterradores que tuvieron lugar cerca de los “agujeros” y en concreto de la celda 14D. En 1940 durante la guardia en la prisión, un recluso fue encerrado en la celda 14D. Según el oficial de guardia, el preso comenzó a gritar a los pocos segundos de estar encerrado. Afirmó que una criatura con “ojos brillantes” se encontraba en la celda con él. Nadie se tomó en serio los comentarios y gritos del preso de que era atacado por algo. Los gritos continuaron durante la noche hasta que de repente se hizo el silencio. Al día siguiente, los guardias inspeccionaron la celda y encontraron al preso muerto. Una expresión horrible se reflejaba en su rostro y había claras marcas de unas manos alrededor de su garganta. Algunos oficiales creían que el asesino había sido el espíritu de un ex recluso. Para añadir más misterio. al día siguiente de la tragedia, varios guardias estaban realizando un recuento de presos y el número era imposible porque faltaba el preso fallecido y sin embargo salían las cuentas como si estuviese en la formación. Cuando todos miraron más detenidamente, la figura del preso asesinado despareció bruscamente ante sus estupefactas miradas.

Un nutrido número de guardias que sirvió entre 1946 y 1963 experimentaron sucesos extraños en Alcatraz. Incluso las familias que vivían en la isla afirmaron haber visto en varias ocasiones las formas fantasmales de presos e incluso los llamados “soldados fantasmas·”. Muchos guardias eran enviados con la creencia de que los prisioneros habían escapado y cuando llegaban al lugar no hallaban a nadie.

Un testigo oyó el sonido inconfundible de una persona llorando, mientras acompañaba a algunos invitados a visitar la prisión. los sonidos fueron precedidos de un viento gélido que se arremolinaba en torno al grupo.   Según un guarda que estaba en una de las celdas cerca de las cabinas de ducha, oyó el sonido característico de la música de un banjo procedente de las mismas. Es conocido que Al Capone solía tocar el banjo en la ducha en sus últimos días de reclusión.




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