23 de agosto de 2021

 LA MANSIÓN ATHERTON:

Su historia comienza en 1834, con el viaje de un comerciante de Massachusetts llamado Faxon D. Aterthon a la ciudad chilena de Valparaíso. En ella Aterthon, se dedicó a la compra venta de alimentos, cuero y sebo, pudiendo así amasar una pequeña fortuna. Aquí conocería a su futura esposa Dominga de Goñi, con quien contrae matrimonio en 1843. Fruto de su unión tendrían 7 hijos, uno de los cuales, George H. Bowenestuvo casado con la historiadora americana Gertrude Franklin Horn.

En el año 1860 la familia se traslada a los EEUU y Aterthon continua con sus negocios en California, con tanto éxito que pronto se convierte en uno de los hombres más ricos. Parte de este dinero lo invertiría ecomprar una finca a las afueras de la ciudad de Fair Oaks, a la que dio el nombre de Valparaíso Park, en honor a la ciudad en la que conoció a su esposa y que pasó a ser la residencia familiar durante un tiempo. Curiosamente años más tarde Fair Oaks cambió su nombre al de Aterthon en 1923 al existir ya una ciudad con
ese nombre en Sacramento (California).
Cuando Aterthon fallece en 1877, Dominga decide dejar la finca y trasladarse al centro de la ciudad, donde edificó una mansión en el barrio de Pacifics Heights en el año 1881.

George Aterthon, uno de los hijos de Dominga con la que vivía, estaba casado con una mujer cuyo carácter solía dejarle en evidencia sobre todo delante de su madre, quien le recriminaba su debilidad de carácter ante su esposa. La situación se fue tornando cada vez más insoportable hasta que George vio la salvación en un viaje a Chile, donde buscaría fortuna lejos de las presiones de su madre. Pero durante el viaje falleció debido a problemas renales que arrastraba desde hacía tiempo y a falta de un féretro en el barco en donde ponerle, el capitán decidió conservar su cuerpo dentro de un barril lleno de ron.

Y así fue como George volvió a casa, en un barril de ron que no contenía ninguna indicación o advertencia y que se conservó en la bodega de la mansión Aterthon durante varios días, hasta que finalmente el mayordomo abrió el barril y se encontró el macabro hallazgo.

Al poco tiempo Dominga como su nuera Gertrude viuda de George, deciden abandonar y vender la mansión, en la que dicen han empezado a escuchar golpes en las paredes y a sentir frío en algunas de sus habitaciones, todo ello sin explicación aparente. Ambas aseguraban que el espíritu de George trataba de vengarse por los tormentos y tratos vejatorios que recibió de ellas en vida.

La casa pasó por las manos de varios inquilinos hasta la llegada de la excéntrica Carrie Rousseau, quien la compró en 1923 y residió en ella utilizando sólo la Sala de Baile, en la que dormía acompañada de sus cincuenta queridos gatos. Desde su fallecimiento en 1974, a la edad de 93 años, la mansión fue reconvertida en una serie de apartamentos, en los que más de un inquilino ha denunciado estas manifestaciones de frío sin explicación, el viento que sopla a través de espacios cerrados, las voces en la noche, y los sonidos que golpean.

La cantante Aurora Stand, inquilina de los apartamentos, dijo sentir un misterioso viento frío a través de su pequeño apartamento. Jerry Landewig, asistente dental, afirmó que un rap misterioso solía perturbarle mientras trataba de conciliar el sueño.

Otro inquilino se mudó después de ser acosado por apariciones fantasmales. Una sesión de espiritismo realizada por Sylvia Brown identificó varios espíritus activos en la casa. Tres eran espíritus femeninos y un espíritu masculino “frágil”.

Ella cree que la casa todavía está perseguida por los fantasmas de Dominga de Goñi, George y Gertrude Aterthon, así como el de Carrie Rousseau.




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