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24 de mayo de 2022

 HOSPITAL DEL TORAX DE OFRA:

Carretera Cuesta Taco, Ofra, Santa Cruz de Tenerife.

Que en unas antiguas instalaciones, como las del Hospital del Tórax, surjan testimonios sobre fenómenos paranormales no nos coge de sorpresa.

Se trata de un edificio que se levantó para  luchar contra la tuberculosis, que entre la población isleña tuvo una especial incidencia. El temor que despertaba este mal hizo que en los años 40, muchas personas evitaran acercarse al hospital porque se consideraba maldito.

El 16 de agosto de 1945, se inauguró de manera oficial con la entrada de 96 enfermos de tuberculosis, se articulaba a partir de tres plantas, en las que la enfermería con sus terrazas estaba orientada hacia el este-sureste. Al lado contrario, se alzan la fachada principal con su puerta principal, a la que se unían los servicios generales del establecimiento. Junto al gran edificio se construyeron garajes y un cuarto destinados a las lavadoras, a los que se le unieron las viviendas destinadas al director, administrador, enfermeras, conserje y empleados masculinos.

Una de estas historias habla de la presencia de una monja fantasmal que se pasea por los pasillos. También ha sido vista en la capilla del hospital. Un ciudadano alemán hizo una fotografía en este lugar y la sorpresa que se encontró fue mayúscula cuando, al descargar el archivo en su ordenador, pudo observar una “figura de fuego” cuya apariencia recordaba a la de una monja.

Este tipo de avistamientos son el recuerdo del sacrificado trabajo de las monjas en los hospitales, cuando no habían enfermeras. En el Tórax, estuvieron desarrollando su labor las hermanas de la orden mercedaria.  

En el Área de Cuidados Paliativos del Hospital del Tórax en la tercera planta, se viene apareciendo a los pacientes una misteriosa figura que suele ser descrita como la de un “hombre con sombrero”. Y esto no sucede de cualquier forma o en cualquier lugar. Ocurre, concretamente en la habitación 29.

Según varios trabajadores del hospital la entidad suele ser descrita como una sombra, sin rasgos faciales aparentes, tocada por lo que parece ser un sombrero. Hace acto de presencia por la noche, entrando por la puerta de la habitación y acercándose hasta los pies de la cama del enfermo. Según suelen contar al día siguiente, momento en que la experiencia es recogida por los enfermeros, esta sombra da la impresión de que les observa desde esa posición pero no transmite ningún mensaje. Acto seguido, o bien regresa por el mismo camino, o bien parece difuminarse, desapareciendo literalmente.

En 6 o 7 años lo han visto unas 30 o 40 personas. Hay quien dice que pueden ser alucinaciones o delirios de los enfermos, pero es curioso que solo ocurra en la habitación 29. El hombre del sombrero es un arquetipo. Existen incontables testimonios relativos a esta misteriosa entidad, en el caso que nos ocupa, no parece asustar ni crear temor en los testigos. Los pacientes del Tórax no indican ninguna sensación de inquietud o miedo. Quizás sea un guía que calma la ansiedad del enfermo y le enseña el camino a seguir. Una forma de canalizar el momento de la muerte.  

Los pacientes no son los únicos que han tenido encuentros extraños en el Tórax. Los propios enfermeros han sido testigos de presencias sobrenaturales. Juan Antonio Gómez, auxiliar de enfermería en Paliativos vivió una experiencia difícil de olvidar. Sucedió en 2002.  

"Estaba sentado, en mi escritorio, estoy escribiendo y veo pasar de reojo, a una persona vestida de blanco. Le digo a la enfermera: “¿Tú acabas de pasar por aquí?. Y ella me dice que no, “Sí has pasado por aquí, que te acabo de ver”. Y ella que no, que no. Solo te puedo decir que iba vestido de blanco y que parecía un hombre. Apenas pude apreciarlo con la visión periférica, pero fue lo suficientemente claro como para poder afirmar que estaba allí. Allí no había nadie más que nosotros. No estaba ni el médico de guardia. La puerta de entrada se cierra con llave, no puede entrar nadie. Y la puerta que hay por fuera, que da al aparcamiento también se cierra con llave.

Si uno salía un momento para comer o lo que sea, se cerraba a cal y canto. Obviamente me asusté. Llamé a la enfermera a gritos y los dos nos dirigimos hacia la habitación que hay al otro lado del pasillo, en la dirección a la que se movió y desapareció ese individuo. Era una habitación sin salida. No había ni rastro. Allí había varios pacientes pero estaban muy sedados. Al rato volvimos a pasar por la habitación y había fallecido uno de los pacientes. Nos quedamos…No sabíamos qué decir ni hacer.  

A los cinco días se produjo una situación muy similar en aquella misma planta. En esa ocasión, fue una compañera suya la que se enfrentó a un extraña presencia. En ese momento, solo había un paciente en este departamento. Se encontraba en fase agónica. No había nadie más. Todo estaba cerrado. Todas las puertas en planta daban a hacia un balcón.

Elena y una auxiliar estaban haciendo una ronda de madrugada. En el momento de entrar en la habitación donde se encontraba el enfermo, ven salir a alguien que se dirige hacia el balcón. Lo describieron como un hombre joven que iba completamente vestido de blanco. Se quedaron sin reaccionar durante unos segundos. Sencillamente, allí no podía haber nadie. Entonces fueron a dar con aquel individuo. Al llegar al balcón no había rastro de él.

No podía haberse colado por ninguna de las puertas porque estaban cerradas con llave. Y tampoco podía haber saltado hacia la calle o se habría matado, ya que por esa parte del edificio hay varias plantas. Por lo menos habrían visto la caída. Es como si se hubiese esfumado. Se podría pensar en una alucinación, pero es que en este caso lo vieron dos personas.

Posteriormente, alertaron a otro médico que se encontraba de guardia e hicieron una ronda para encontrar al intruso, pero no hubo resultado. Lo que ocurrió tan solo dos horas después, dejó a sus compañeras en estado de shock. El único paciente de aquella habitación falleció.

El personal que convive a diario con los enfermos terminales suele describir episodios insólitos como experiencias cercanas a la muerte, la autoconciencia del propio fallecimiento, la súbita mejoría previa al óbito o la visión de seres fallecidos.

En una habitación situada en la cuarta planta, durante unas obras de mantenimiento, unos operarios abrieron un agujero en la pared y descubrieron que había una pequeña habitación secreta, en la que solo había un tocador, un espejo y un crucifijo, y todos muy antiguos. En estas dos habitaciones, la principal y la secreta todos los enfermos que eran instalados ahí empeoraban su estado de salud de forma inmediata. Llegó a hacerse una investigación por si todo tuviera que ver con algún hongo o bacteria que estuviera por algún rincón de la estancia, o en el aire acondicionado, pero no se halló nada sospechoso, y esto llevó a los responsables del centro a llamar a un cura para que bendijera el lugar.


 HOSPITAL DEL TORAX DE OFRA:

Carretera Cuesta Taco, Ofra, Santa Cruz de Tenerife.

Que en unas antiguas instalaciones, como las del Hospital del Tórax, surjan testimonios sobre fenómenos paranormales no nos coge de sorpresa.

Se trata de un edificio que se levantó para  luchar contra la tuberculosis, que entre la población isleña tuvo una especial incidencia. El temor que despertaba este mal hizo que en los años 40, muchas personas evitaran acercarse al hospital porque se consideraba maldito.

El 16 de agosto de 1945, se inauguró de manera oficial con la entrada de 96 enfermos de tuberculosis, se articulaba a partir de tres plantas, en las que la enfermería con sus terrazas estaba orientada hacia el este-sureste. Al lado contrario, se alzan la fachada principal con su puerta principal, a la que se unían los servicios generales del establecimiento. Junto al gran edificio se construyeron garajes y un cuarto destinados a las lavadoras, a los que se le unieron las viviendas destinadas al director, administrador, enfermeras, conserje y empleados masculinos.

Una de estas historias habla de la presencia de una monja fantasmal que se pasea por los pasillos. También ha sido vista en la capilla del hospital. Un ciudadano alemán hizo una fotografía en este lugar y la sorpresa que se encontró fue mayúscula cuando, al descargar el archivo en su ordenador, pudo observar una “figura de fuego” cuya apariencia recordaba a la de una monja.

Este tipo de avistamientos son el recuerdo del sacrificado trabajo de las monjas en los hospitales, cuando no habían enfermeras. En el Tórax, estuvieron desarrollando su labor las hermanas de la orden mercedaria.  

En el Área de Cuidados Paliativos del Hospital del Tórax en la tercera planta, se viene apareciendo a los pacientes una misteriosa figura que suele ser descrita como la de un “hombre con sombrero”. Y esto no sucede de cualquier forma o en cualquier lugar. Ocurre, concretamente en la habitación 29.

Según varios trabajadores del hospital la entidad suele ser descrita como una sombra, sin rasgos faciales aparentes, tocada por lo que parece ser un sombrero. Hace acto de presencia por la noche, entrando por la puerta de la habitación y acercándose hasta los pies de la cama del enfermo. Según suelen contar al día siguiente, momento en que la experiencia es recogida por los enfermeros, esta sombra da la impresión de que les observa desde esa posición pero no transmite ningún mensaje. Acto seguido, o bien regresa por el mismo camino, o bien parece difuminarse, desapareciendo literalmente.

En 6 o 7 años lo han visto unas 30 o 40 personas. Hay quien dice que pueden ser alucinaciones o delirios de los enfermos, pero es curioso que solo ocurra en la habitación 29. El hombre del sombrero es un arquetipo. Existen incontables testimonios relativos a esta misteriosa entidad, en el caso que nos ocupa, no parece asustar ni crear temor en los testigos. Los pacientes del Tórax no indican ninguna sensación de inquietud o miedo. Quizás sea un guía que calma la ansiedad del enfermo y le enseña el camino a seguir. Una forma de canalizar el momento de la muerte.  

Los pacientes no son los únicos que han tenido encuentros extraños en el Tórax. Los propios enfermeros han sido testigos de presencias sobrenaturales. Juan Antonio Gómez, auxiliar de enfermería en Paliativos vivió una experiencia difícil de olvidar. Sucedió en 2002.  

"Estaba sentado, en mi escritorio, estoy escribiendo y veo pasar de reojo, a una persona vestida de blanco. Le digo a la enfermera: “¿Tú acabas de pasar por aquí?. Y ella me dice que no, “Sí has pasado por aquí, que te acabo de ver”. Y ella que no, que no. Solo te puedo decir que iba vestido de blanco y que parecía un hombre. Apenas pude apreciarlo con la visión periférica, pero fue lo suficientemente claro como para poder afirmar que estaba allí. Allí no había nadie más que nosotros. No estaba ni el médico de guardia. La puerta de entrada se cierra con llave, no puede entrar nadie. Y la puerta que hay por fuera, que da al aparcamiento también se cierra con llave.

Si uno salía un momento para comer o lo que sea, se cerraba a cal y canto. Obviamente me asusté. Llamé a la enfermera a gritos y los dos nos dirigimos hacia la habitación que hay al otro lado del pasillo, en la dirección a la que se movió y desapareció ese individuo. Era una habitación sin salida. No había ni rastro. Allí había varios pacientes pero estaban muy sedados. Al rato volvimos a pasar por la habitación y había fallecido uno de los pacientes. Nos quedamos…No sabíamos qué decir ni hacer.  

A los cinco días se produjo una situación muy similar en aquella misma planta. En esa ocasión, fue una compañera suya la que se enfrentó a un extraña presencia. En ese momento, solo había un paciente en este departamento. Se encontraba en fase agónica. No había nadie más. Todo estaba cerrado. Todas las puertas en planta daban a hacia un balcón.

Elena y una auxiliar estaban haciendo una ronda de madrugada. En el momento de entrar en la habitación donde se encontraba el enfermo, ven salir a alguien que se dirige hacia el balcón. Lo describieron como un hombre joven que iba completamente vestido de blanco. Se quedaron sin reaccionar durante unos segundos. Sencillamente, allí no podía haber nadie. Entonces fueron a dar con aquel individuo. Al llegar al balcón no había rastro de él.

No podía haberse colado por ninguna de las puertas porque estaban cerradas con llave. Y tampoco podía haber saltado hacia la calle o se habría matado, ya que por esa parte del edificio hay varias plantas. Por lo menos habrían visto la caída. Es como si se hubiese esfumado. Se podría pensar en una alucinación, pero es que en este caso lo vieron dos personas.

Posteriormente, alertaron a otro médico que se encontraba de guardia e hicieron una ronda para encontrar al intruso, pero no hubo resultado. Lo que ocurrió tan solo dos horas después, dejó a sus compañeras en estado de shock. El único paciente de aquella habitación falleció.

El personal que convive a diario con los enfermos terminales suele describir episodios insólitos como experiencias cercanas a la muerte, la autoconciencia del propio fallecimiento, la súbita mejoría previa al óbito o la visión de seres fallecidos.

En una habitación situada en la cuarta planta, durante unas obras de mantenimiento, unos operarios abrieron un agujero en la pared y descubrieron que había una pequeña habitación secreta, en la que solo había un tocador, un espejo y un crucifijo, y todos muy antiguos. En estas dos habitaciones, la principal y la secreta todos los enfermos que eran instalados ahí empeoraban su estado de salud de forma inmediata. Llegó a hacerse una investigación por si todo tuviera que ver con algún hongo o bacteria que estuviera por algún rincón de la estancia, o en el aire acondicionado, pero no se halló nada sospechoso, y esto llevó a los responsables del centro a llamar a un cura para que bendijera el lugar.


15 de mayo de 2022

 AEROPUERTO DE LOS RODEOS:

Carretera TF-5, San Cristóbal de La Laguna, al norte de Tenerife.

Su primer vuelo data de 1929, un Arado VI procedente de Sevilla.

Fue construido en los años 20 a petición de una empresa holandesa de vuelos internacionales. Pero éste aeropuerto, es conocido por el gran accidente, ocurrido el 27 de marzo de 1977, donde dos aviones chocaron al cruzarse en la pista, cuando uno de ellos comenzaba a despegar y el otro aparato se preparaba para hacer la misma operación.

En éste accidente se contabilizaron más de
580 cadáveres. 
Semanas después del accidente, muchos operarios han sido testigos de cosas extrañas, como voces, lamentos, llantos. Pero lo más impactante, es el misterio de la niña que ronda por el aeropuerto. Según dicen, al identificar todos los cadáveres, faltaba una niña, que nunca se encontró el cuerpo

Un testigo, en Marzo de 2004, estando de instrucción nocturna, eran las 2,30 de la mañana. Uno de los compañeros que se encontraba a unos 200 metros del resto del grupo, llegó corriendo y diciendo. “¡He visto una niña, he visto una niña!”. La describía como de unos siete años, con melena oscura y unos intensos ojos azules. Enseguida hicieron una batida para buscar a la pequeña pero no encontraron nada de nada.

Otro de los testigos de este misterio es un teniente que salió a hacer ejercicio por los alrededores de la base, aprovechando la carretera que va paralela a la pista, justo cuando llegué al recodo que hay pasando los hangares del GAAAL (grupo de Artillería Antiaérea Ligara), vi con total claridad una niña con la cabeza inclinada hacia abajo y sin piernas desplazarse sin tocar el suelo. Seguidamente cogí una piedra y la lancé a una zona próxima al lugar donde aquella niña se desvaneció muy rápido, la aparición duro unos 8 o 9 segundos. Nunca lo conté de forma oficial porque estas no son cosas que nadie tome enserio, pero puedo jurar y perjurar que aquella niña estaba allí.

A lo largo de varias investigaciones sobre estos desconcertantes sucesos, localizamos a más soldados que también habían hecho guardias en esta zona y aseguraban haber escuchado lamentos y sollozos. Según la versión de los testigos, la fisionomía o aspecto de la supuesta niña puede variar, pero el denominador común es que se trata de una niña de corta edad (6 ó 7 años) y baja estatura, ojos claros y pelo oscuro que se aparece cruzando los alrededores de la garita con aspecto desolador, ropa algo rota y sin las extremidades inferiores.

Un testigo incluso hablan de que la niña ha llegado a dirigir su mirada hacia él con expresión desconcertante al tiempo que se desvanecía entre los arbustos cercanos.

Otro suceso es el de un militar que se encontraba una noche de vigilancia en una garita. Sobre las tres de la madrugada, de repente se cruza delante suyo, un niño. Estaba a unos 15 metros. “Recuerdo que tenía el cabello oscuro y la piel pálida, aunque con un cierto brillo. Además, portaba un camioncito de juguete”. Cruzó de izquierda a derecha y se perdió. La observación duró unos 15 o 20 segundos. Por la zona no hay viviendas cercanas. El soldado empezó a notar cierta ansiedad. Abandonó su puesto en la garita junto a su arma reglamentaria, se llegó a alejar de su puesto unos 100 metros en busca del niño, no vio ni rastro. Volvió a la garita, con un gran malestar y llamó a través del teléfono al puesto de guardia. Al momento se personó en la garita un Land Rover con un cabo y dos soldados. Al entrar en el puesto de vigilancia se encontraron a nuestro testigo en el suelo, víctima de una lipotimia. Al día siguiente, el soldado es llamado para reunirse en un despacho de esta base militar con un alto mando para dar parte de lo ocurrido, resolvieron que debía tomar vacaciones sin hablar con nadie de lo ocurrido.

Otro testimonio es el de don Ignacio con 79 años de edad, un agricultor de la zona conocida como el Coromoto, este barrio fue escenario de primera fila la tarde del accidente por estar situado justo a pocos metros de las pistas del aeropuerto. Cuenta que no son pocas las veces en las que a visto a gente asomarse en lo alto de la ladera, junto a las pistas y mirar para abajo. Algunas veces levantan los brazos, pero no se les oye decir nada, están ahí y luego desaparecen de golpe.

Yo creo que esas pobres personas están ahí porque no han podido encontrar la paz. Mi esposa les ponía velas para que su alma descansara en paz el día de todos los difuntos. Ella me decía que esa gente solo quiere regresar a su casa. 

 AEROPUERTO DE LOS RODEOS:

Carretera TF-5, San Cristóbal de La Laguna, al norte de Tenerife.

Su primer vuelo data de 1929, un Arado VI procedente de Sevilla.

Fue construido en los años 20 a petición de una empresa holandesa de vuelos internacionales. Pero éste aeropuerto, es conocido por el gran accidente, ocurrido el 27 de marzo de 1977, donde dos aviones chocaron al cruzarse en la pista, cuando uno de ellos comenzaba a despegar y el otro aparato se preparaba para hacer la misma operación.

En éste accidente se contabilizaron más de
580 cadáveres. 
Semanas después del accidente, muchos operarios han sido testigos de cosas extrañas, como voces, lamentos, llantos. Pero lo más impactante, es el misterio de la niña que ronda por el aeropuerto. Según dicen, al identificar todos los cadáveres, faltaba una niña, que nunca se encontró el cuerpo

Un testigo, en Marzo de 2004, estando de instrucción nocturna, eran las 2,30 de la mañana. Uno de los compañeros que se encontraba a unos 200 metros del resto del grupo, llegó corriendo y diciendo. “¡He visto una niña, he visto una niña!”. La describía como de unos siete años, con melena oscura y unos intensos ojos azules. Enseguida hicieron una batida para buscar a la pequeña pero no encontraron nada de nada.

Otro de los testigos de este misterio es un teniente que salió a hacer ejercicio por los alrededores de la base, aprovechando la carretera que va paralela a la pista, justo cuando llegué al recodo que hay pasando los hangares del GAAAL (grupo de Artillería Antiaérea Ligara), vi con total claridad una niña con la cabeza inclinada hacia abajo y sin piernas desplazarse sin tocar el suelo. Seguidamente cogí una piedra y la lancé a una zona próxima al lugar donde aquella niña se desvaneció muy rápido, la aparición duro unos 8 o 9 segundos. Nunca lo conté de forma oficial porque estas no son cosas que nadie tome enserio, pero puedo jurar y perjurar que aquella niña estaba allí.

A lo largo de varias investigaciones sobre estos desconcertantes sucesos, localizamos a más soldados que también habían hecho guardias en esta zona y aseguraban haber escuchado lamentos y sollozos. Según la versión de los testigos, la fisionomía o aspecto de la supuesta niña puede variar, pero el denominador común es que se trata de una niña de corta edad (6 ó 7 años) y baja estatura, ojos claros y pelo oscuro que se aparece cruzando los alrededores de la garita con aspecto desolador, ropa algo rota y sin las extremidades inferiores.

Un testigo incluso hablan de que la niña ha llegado a dirigir su mirada hacia él con expresión desconcertante al tiempo que se desvanecía entre los arbustos cercanos.

Otro suceso es el de un militar que se encontraba una noche de vigilancia en una garita. Sobre las tres de la madrugada, de repente se cruza delante suyo, un niño. Estaba a unos 15 metros. “Recuerdo que tenía el cabello oscuro y la piel pálida, aunque con un cierto brillo. Además, portaba un camioncito de juguete”. Cruzó de izquierda a derecha y se perdió. La observación duró unos 15 o 20 segundos. Por la zona no hay viviendas cercanas. El soldado empezó a notar cierta ansiedad. Abandonó su puesto en la garita junto a su arma reglamentaria, se llegó a alejar de su puesto unos 100 metros en busca del niño, no vio ni rastro. Volvió a la garita, con un gran malestar y llamó a través del teléfono al puesto de guardia. Al momento se personó en la garita un Land Rover con un cabo y dos soldados. Al entrar en el puesto de vigilancia se encontraron a nuestro testigo en el suelo, víctima de una lipotimia. Al día siguiente, el soldado es llamado para reunirse en un despacho de esta base militar con un alto mando para dar parte de lo ocurrido, resolvieron que debía tomar vacaciones sin hablar con nadie de lo ocurrido.

Otro testimonio es el de don Ignacio con 79 años de edad, un agricultor de la zona conocida como el Coromoto, este barrio fue escenario de primera fila la tarde del accidente por estar situado justo a pocos metros de las pistas del aeropuerto. Cuenta que no son pocas las veces en las que a visto a gente asomarse en lo alto de la ladera, junto a las pistas y mirar para abajo. Algunas veces levantan los brazos, pero no se les oye decir nada, están ahí y luego desaparecen de golpe.

Yo creo que esas pobres personas están ahí porque no han podido encontrar la paz. Mi esposa les ponía velas para que su alma descansara en paz el día de todos los difuntos. Ella me decía que esa gente solo quiere regresar a su casa. 

14 de mayo de 2022

 CASTILLO DE LA MATA:

Turia, Las Palmas de Gran Canaria. Está situado junto al edificio del Cabildo de Gran Canaria en el barrio de Triana.

El Castillo de Mata, Castillo de Casa Mata o Cuartel de Alonso Alvarado.

El primer Castillo fue construido por el ingeniero Juan Alonso Rubián en 1577. Originalmente se construyó un torreón redondo situado al final de la muralla. Deteriorado por los ataques de la armada holandesa capitaneada por Pieter van der Does en 1599, fue reedificado por Francisco de la Rúa tras la derrota de los holandeses en esta zona y recibió el nombre de Castillo de Casa Mata.

Sirvió de alojamiento para las fuerzas del cuerpo de artilleros del ejército español hasta 1997. El 22 de abril de 1949 fue declarado Monumento Histórico Artístico.

En 2002, durante una intervención arqueológica, se descubrió el cúbelo original. Este descubrimiento conllevó posteriores intervenciones arqueológicas con el objetivo de restaurarlo y rehabilitarlo. Se pone en marcha un proyecto de museo que culmina con su inauguración el 18 de marzo de 2015.

Los guardas de seguridad del castillo hablaron en varias ocasiones de llantos y lamentos de un hombre. Puertas que se cerraban y abrían de forma brusca en las salas del Museo de la Ciudad. "Era como si alguien tocara para pedir permiso para entrar". Ruido de desplazamientos, voces de gente que se acercan en grupo. La sensación de sentirte acompañado.

"Todavía recuerdo aquel día que se calló un cuadro, fue así de repente", señala Patricia Santana, guía del museo. "Quien más, quien menos, todos hemos escuchado algo aquí dentro al caer el sol". 

Dentro de sus murallas había mazmorras en la que los enemigos capturados eran encarcelados y muchas veces torturados, acogieron tanto sufrimiento que no es raro que algo quede en este lugar.

 CASTILLO DE LA MATA:

Turia, Las Palmas de Gran Canaria. Está situado junto al edificio del Cabildo de Gran Canaria en el barrio de Triana.

El Castillo de Mata, Castillo de Casa Mata o Cuartel de Alonso Alvarado.

El primer Castillo fue construido por el ingeniero Juan Alonso Rubián en 1577. Originalmente se construyó un torreón redondo situado al final de la muralla. Deteriorado por los ataques de la armada holandesa capitaneada por Pieter van der Does en 1599, fue reedificado por Francisco de la Rúa tras la derrota de los holandeses en esta zona y recibió el nombre de Castillo de Casa Mata.

Sirvió de alojamiento para las fuerzas del cuerpo de artilleros del ejército español hasta 1997. El 22 de abril de 1949 fue declarado Monumento Histórico Artístico.

En 2002, durante una intervención arqueológica, se descubrió el cúbelo original. Este descubrimiento conllevó posteriores intervenciones arqueológicas con el objetivo de restaurarlo y rehabilitarlo. Se pone en marcha un proyecto de museo que culmina con su inauguración el 18 de marzo de 2015.

Los guardas de seguridad del castillo hablaron en varias ocasiones de llantos y lamentos de un hombre. Puertas que se cerraban y abrían de forma brusca en las salas del Museo de la Ciudad. "Era como si alguien tocara para pedir permiso para entrar". Ruido de desplazamientos, voces de gente que se acercan en grupo. La sensación de sentirte acompañado.

"Todavía recuerdo aquel día que se calló un cuadro, fue así de repente", señala Patricia Santana, guía del museo. "Quien más, quien menos, todos hemos escuchado algo aquí dentro al caer el sol". 

Dentro de sus murallas había mazmorras en la que los enemigos capturados eran encarcelados y muchas veces torturados, acogieron tanto sufrimiento que no es raro que algo quede en este lugar.

13 de mayo de 2022

 LA CASA FRIAS:

Zona de Frías, el Escobonal, parte alta de Güímar, Comarca de Agache, Tenerife.

Todo comenzó alrededor de 1943, cuando la solitaria y humilde vivienda de una familia de cabreros, formada por el matrimonio, un hijo y siete hijas, empezaron a vivir una serie de fenómenos, que hoy conoceríamos como “Poltergeist”.

Se desataron sin previo aviso y se prolongaron durante varios meses, con el detalle curioso que cuando los padres, decidieron enviar a alguna de sus hijas al pueblo, a casa de algunos familiares, los fenómenos las siguieron a sus nuevos hogares, aunque sin dejar de producirse cada día con mayor fuerza en la propia casa de Frías.

Según contó D. Alejandro (único hijo varón del matrimonio) cuando contaba con 75 años, el pensaba que todo aquello vino por un vecino que quería quedarse con la casa y sus 300 cabras. Ese hombre y su hermana tenían un libro de magia en su casa y entre los dos hacían cosas así, usándolo contra la familia y contra otros muchos vecinos. Era muy mala gente, y cuando usaban la magia blanca, no era tan malo, pero cuando usaban la negra, entonces aquello era terrible.

Con nosotros empezó un día que estábamos todos juntos, con unos vecinos y a la hora de comer empezaron a caer piedras del cielo, eran piedras de distintos colores, negras, amarillas, blancas, etc. Todas caían al suelo mojadas, como si les acabasen de escupir, antes de lanzarlas. Caían desde todas partes a la vez, algunas sobre nosotros, sobre el tejado, los animales, etc.

A partir de ese día, pasaban cosas a todas horas, aunque eran más fuertes a mediodía y por la noche. Muchas veces estábamos sentados a la mesa, a punto de comer, cuando, de repente, saltaban todos los platos y la comida por los aires, chocando contra las paredes y el techo, para luego caer al suelo.  

Avisamos al dueño de la finca para que viniera a ayudarnos, ya no podíamos más. Cuando llego y le contamos todo, se rió mucho y dijo que esa noche se quedaría él solo en la casa para demostrarnos que no había nada raro. Al poco rato, se acercó hasta unos barriletes de 15 litros que teníamos para guardar el vino, entonces le saltaron algunos barriletes a la cabeza y otros salieron corriendo tras él hasta bastante lejos de la casa. Desde lejos nos gritó que aquella casa estaba embrujada y que llamaría al cura del pueblo para que viniese.

Vino primero el cura del pueblo, y luego otro del Obispado de La Laguna, y ambos salieron corriendo y gritando que aquello era cosa del diablo y que no querían saber nada.

En aquellos momentos ya, la maquina de coser funcionaba sola, a algunas de las chicas, algo invisible les golpeaba y, caían al suelo inertes como en estado de catalepsia. Los perros y las cabras no se acercaban a la casa por temor, llegando a salir en estampida sin motivo aparente, huyendo de los alrededores de la casa.

Un día llegó hasta la casa un espiritista, parece ser que era cubano, al que alguien avisó de lo que allí pasaba. Pidió permiso para realizar algunos rituales y ante la desesperación de la familia aceptaron su ayuda. Les dijo que tenía que poner algunas cosas alrededor de la casa, puso unos cables hasta una pequeña fuente cercana, enterrando los extremos en distintos lugares de la casa. Luego se fue encerrando en cada habitación de la casa, pidiendo que mientras él estuviese dentro, nadie, oyeran lo que oyeran, entrase en dicha habitación. Fueron muchos días los que el cubano, estuvo trabajando dentro de la casa.

Actualmente el estado de la casa de Frías es de total abandono. Parte del techo ha caído, al igual que alguna pared lateral.  

 LA CASA FRIAS:

Zona de Frías, el Escobonal, parte alta de Güímar, Comarca de Agache, Tenerife.

Todo comenzó alrededor de 1943, cuando la solitaria y humilde vivienda de una familia de cabreros, formada por el matrimonio, un hijo y siete hijas, empezaron a vivir una serie de fenómenos, que hoy conoceríamos como “Poltergeist”.

Se desataron sin previo aviso y se prolongaron durante varios meses, con el detalle curioso que cuando los padres, decidieron enviar a alguna de sus hijas al pueblo, a casa de algunos familiares, los fenómenos las siguieron a sus nuevos hogares, aunque sin dejar de producirse cada día con mayor fuerza en la propia casa de Frías.

Según contó D. Alejandro (único hijo varón del matrimonio) cuando contaba con 75 años, el pensaba que todo aquello vino por un vecino que quería quedarse con la casa y sus 300 cabras. Ese hombre y su hermana tenían un libro de magia en su casa y entre los dos hacían cosas así, usándolo contra la familia y contra otros muchos vecinos. Era muy mala gente, y cuando usaban la magia blanca, no era tan malo, pero cuando usaban la negra, entonces aquello era terrible.

Con nosotros empezó un día que estábamos todos juntos, con unos vecinos y a la hora de comer empezaron a caer piedras del cielo, eran piedras de distintos colores, negras, amarillas, blancas, etc. Todas caían al suelo mojadas, como si les acabasen de escupir, antes de lanzarlas. Caían desde todas partes a la vez, algunas sobre nosotros, sobre el tejado, los animales, etc.

A partir de ese día, pasaban cosas a todas horas, aunque eran más fuertes a mediodía y por la noche. Muchas veces estábamos sentados a la mesa, a punto de comer, cuando, de repente, saltaban todos los platos y la comida por los aires, chocando contra las paredes y el techo, para luego caer al suelo.  

Avisamos al dueño de la finca para que viniera a ayudarnos, ya no podíamos más. Cuando llego y le contamos todo, se rió mucho y dijo que esa noche se quedaría él solo en la casa para demostrarnos que no había nada raro. Al poco rato, se acercó hasta unos barriletes de 15 litros que teníamos para guardar el vino, entonces le saltaron algunos barriletes a la cabeza y otros salieron corriendo tras él hasta bastante lejos de la casa. Desde lejos nos gritó que aquella casa estaba embrujada y que llamaría al cura del pueblo para que viniese.

Vino primero el cura del pueblo, y luego otro del Obispado de La Laguna, y ambos salieron corriendo y gritando que aquello era cosa del diablo y que no querían saber nada.

En aquellos momentos ya, la maquina de coser funcionaba sola, a algunas de las chicas, algo invisible les golpeaba y, caían al suelo inertes como en estado de catalepsia. Los perros y las cabras no se acercaban a la casa por temor, llegando a salir en estampida sin motivo aparente, huyendo de los alrededores de la casa.

Un día llegó hasta la casa un espiritista, parece ser que era cubano, al que alguien avisó de lo que allí pasaba. Pidió permiso para realizar algunos rituales y ante la desesperación de la familia aceptaron su ayuda. Les dijo que tenía que poner algunas cosas alrededor de la casa, puso unos cables hasta una pequeña fuente cercana, enterrando los extremos en distintos lugares de la casa. Luego se fue encerrando en cada habitación de la casa, pidiendo que mientras él estuviese dentro, nadie, oyeran lo que oyeran, entrase en dicha habitación. Fueron muchos días los que el cubano, estuvo trabajando dentro de la casa.

Actualmente el estado de la casa de Frías es de total abandono. Parte del techo ha caído, al igual que alguna pared lateral.  

9 de mayo de 2022

 LA CASA DEL NIÑO:

Paseo de San José, en la zona de Zarate en las Palmas de Gran Canaria.

El edificio fue donado por el Conde de Vega Grande y realizado por Miguel Martin Fernández de la Torre, creándose con el objetivo de “Auxilio Social” para los huérfanos de la Guerra Civil. Se empezó en 1938 y se inauguró en 1944.

El edificio fue declarado bien de interés cultural en el 2017. En la actualidad dicho edificio se deteriora, ya que las administraciones que lo gestiona no se han puesto de acuerdo para darle un uso durante muchos años, debido a las carencias sociales. Dicha Casa cierra sus puertas en 1991 puesto que no reunía las condiciones adecuadas debido a las inundaciones continúas que sufría.

Hay casos de de suicidio infantil y maltrato por parte de las monjas que llevaban el centro. No son pocos los que afirman que se sienten tristes cuando cruzan sus muros, incluso sienten ganas de llorar. Todos les tenían miedo a don José Martel, el párroco de de la Ermita de San José, daba clases de catequesis, de formación espiritual, una vez le despegó la oreja a un niño al levantarlo en peso por ella, se subía la sotana y pegaba puñetazos y patadas a los niños como si fueran mayores, de noche se metían en los camastros y no se levantaban ni para ir al baño porque se oían siempre ruidos, llantos, quejas, gritos, gemidos, daba mucho miedo estar allí .

Pablo Ruiz, un vigilante de seguridad recuerda los sucesos que presenció mientras recorría sus pasillos, desde movimientos a sombras o silueta negras que pasaban de un lado para otro. Los de seguridad empezaron a trabajar con perros que revisaran el lugar, pero el perro se sentía temeroso y nervioso al llegar a ciertas zonas como la cocina o el pasillo de la parte trasera de los vestuarios, era como si viera algo delante de el que lo dejaba inmóvil.

Una de las apariciones es el de una mujer delgada, de pelo oscuro y camisón blanco, que sube a la azotea de la torre y se precipita al tejado de la iglesia que hay debajo. Cada noche a las 3 de la mañana un llanto estremecedor surgía de una de las habitaciones y se extendía por todos los pasillos, era el sonido de niños pequeños como pidiendo ayuda.

Debido a todo esto el personal llegó a pedir el traslado e incluso bajas medica, estando en manos de psicólogos durante 4 o 5 meses.

Gente que ha estado en el lugar cuentan que lo peor fue subir a la torre, parecía que teníamos 50 kilos de peso sobre la espalda, sin oxígeno, y con la sensación de estar siendo seguidos por más gente. "Una cosa que nos ha llamado la atención es que en el edificio, que está totalmente abierto, no tiene ventanas, pero no corre absolutamente nada de aire. No hay corriente".



 LA CASA DEL NIÑO:

Paseo de San José, en la zona de Zarate en las Palmas de Gran Canaria.

El edificio fue donado por el Conde de Vega Grande y realizado por Miguel Martin Fernández de la Torre, creándose con el objetivo de “Auxilio Social” para los huérfanos de la Guerra Civil. Se empezó en 1938 y se inauguró en 1944.

El edificio fue declarado bien de interés cultural en el 2017. En la actualidad dicho edificio se deteriora, ya que las administraciones que lo gestiona no se han puesto de acuerdo para darle un uso durante muchos años, debido a las carencias sociales. Dicha Casa cierra sus puertas en 1991 puesto que no reunía las condiciones adecuadas debido a las inundaciones continúas que sufría.

Hay casos de de suicidio infantil y maltrato por parte de las monjas que llevaban el centro. No son pocos los que afirman que se sienten tristes cuando cruzan sus muros, incluso sienten ganas de llorar. Todos les tenían miedo a don José Martel, el párroco de de la Ermita de San José, daba clases de catequesis, de formación espiritual, una vez le despegó la oreja a un niño al levantarlo en peso por ella, se subía la sotana y pegaba puñetazos y patadas a los niños como si fueran mayores, de noche se metían en los camastros y no se levantaban ni para ir al baño porque se oían siempre ruidos, llantos, quejas, gritos, gemidos, daba mucho miedo estar allí .

Pablo Ruiz, un vigilante de seguridad recuerda los sucesos que presenció mientras recorría sus pasillos, desde movimientos a sombras o silueta negras que pasaban de un lado para otro. Los de seguridad empezaron a trabajar con perros que revisaran el lugar, pero el perro se sentía temeroso y nervioso al llegar a ciertas zonas como la cocina o el pasillo de la parte trasera de los vestuarios, era como si viera algo delante de el que lo dejaba inmóvil.

Una de las apariciones es el de una mujer delgada, de pelo oscuro y camisón blanco, que sube a la azotea de la torre y se precipita al tejado de la iglesia que hay debajo. Cada noche a las 3 de la mañana un llanto estremecedor surgía de una de las habitaciones y se extendía por todos los pasillos, era el sonido de niños pequeños como pidiendo ayuda.

Debido a todo esto el personal llegó a pedir el traslado e incluso bajas medica, estando en manos de psicólogos durante 4 o 5 meses.

Gente que ha estado en el lugar cuentan que lo peor fue subir a la torre, parecía que teníamos 50 kilos de peso sobre la espalda, sin oxígeno, y con la sensación de estar siendo seguidos por más gente. "Una cosa que nos ha llamado la atención es que en el edificio, que está totalmente abierto, no tiene ventanas, pero no corre absolutamente nada de aire. No hay corriente".



6 de mayo de 2022

 CASA DE LOS MIEDOS:

Conocido como casas de Aguilar, municipio de Santa María de Guía, cerca del pueblo de Santa Inés, Gran Canaria.

Según las historias que cuentan en este vecindario, muchas familias han pasado por estas pequeñas cuatro paredes y todas han abandonado la casa al año de estar viviendo en ella.

Los vecinos narran las historias de las familias que en su interior han estado, que escuchaban el ruido tenebroso de cadenas en el interior de la casa, goteras que caían del techo, pero que al revisar la casa no se encontraba rastro alguno de humedad, fuertes golpes en las paredes desde el exterior.  

Una noche tranquila, a los inquilinos los despierta un gran jaleo, ruidos fuertes y voces que despiertan a toda la familia. El padre de familia, ya cansado de escuchar esos berridos y sonidos extraños, decide ir a investigar. Cuando sale de la casa, descubre que los ruidos provienen del gallinero, inmediatamente no lo duda y corre hacia este, pensando que le estaban robando sus preciadas gallinas. Cuando llega se queda perplejo, porque en el gallinero de donde provenían esos ruidos, que parecían que estuvieran torturando a las gallinas, no había absolutamente nada. Los animales gozaban de un sueño placentero y profundo.

Estos sucesos como otros similares hacían que cada familia que vivía en esa casa, la abandonara al poco tiempo de estar allí. La teoría que se cree que es la más acertada es la que cuenta como una pareja de recién casados, avariciosos por el dinero, deciden timar y robar el dinero a muchas familias de la zona. Otra pareja decide tomarse la justicia por su mano y en esa noche fría y con el ambiente cargado del más puro odio, deciden matar a todo su ganado y gallinas.

La familia extrañada por el alboroto decide ir a defender a sus animales, pero esta acaba igualmente asesinada por sus deudores que querían venganza. Muchas personas aseguran que el espíritu de la familia que fue asesinada, todavía vaga por esas fincas.  

 CASA DE LOS MIEDOS:

Conocido como casas de Aguilar, municipio de Santa María de Guía, cerca del pueblo de Santa Inés, Gran Canaria.

Según las historias que cuentan en este vecindario, muchas familias han pasado por estas pequeñas cuatro paredes y todas han abandonado la casa al año de estar viviendo en ella.

Los vecinos narran las historias de las familias que en su interior han estado, que escuchaban el ruido tenebroso de cadenas en el interior de la casa, goteras que caían del techo, pero que al revisar la casa no se encontraba rastro alguno de humedad, fuertes golpes en las paredes desde el exterior.  

Una noche tranquila, a los inquilinos los despierta un gran jaleo, ruidos fuertes y voces que despiertan a toda la familia. El padre de familia, ya cansado de escuchar esos berridos y sonidos extraños, decide ir a investigar. Cuando sale de la casa, descubre que los ruidos provienen del gallinero, inmediatamente no lo duda y corre hacia este, pensando que le estaban robando sus preciadas gallinas. Cuando llega se queda perplejo, porque en el gallinero de donde provenían esos ruidos, que parecían que estuvieran torturando a las gallinas, no había absolutamente nada. Los animales gozaban de un sueño placentero y profundo.

Estos sucesos como otros similares hacían que cada familia que vivía en esa casa, la abandonara al poco tiempo de estar allí. La teoría que se cree que es la más acertada es la que cuenta como una pareja de recién casados, avariciosos por el dinero, deciden timar y robar el dinero a muchas familias de la zona. Otra pareja decide tomarse la justicia por su mano y en esa noche fría y con el ambiente cargado del más puro odio, deciden matar a todo su ganado y gallinas.

La familia extrañada por el alboroto decide ir a defender a sus animales, pero esta acaba igualmente asesinada por sus deudores que querían venganza. Muchas personas aseguran que el espíritu de la familia que fue asesinada, todavía vaga por esas fincas.  

5 de mayo de 2022

 BARRANCO DE BADAJOZ:

El Barranco de Badajoz o Chamoco, es un barranco o cañón situado en la isla de Tenerife en Canarias, enmarcado dentro del término municipal de Güímar en el sureste de la isla.

El barranco de Badajoz es uno de los grandes puntos de peregrinación ufológica no solo de España, sino del mundo. Si bien no existen muchas pruebas científicas que prueben esto, la cantidad de testimonios hacen que ya no sea una especulación, sino que algo debe suceder en realidad.

Ovnis, seres blancos, teleplastia, cánticos extraños y luces muy raras, son sólo algunas de las historias que casi todos los tinerfeños conocen.

En 1912 dos trabajadores de las galerías de agua de Izaña, estaban trabajando como cada día cuando la pared que estaban excavando se les vino abajo de repente, dejando al descubierto una galería hasta entonces desconocida. Fue en ese preciso instante cuando lo imposible se presentó ante ellos.

Tres seres luminosos, se acercaban poco a poco a ellos como si levitasen sobre el suelo. Los dos trabajadores salieron huyendo para dar parte de lo que vieron a la Guardia Civil. Horas más tarde volvieron al lugar de los hechos, donde la galería descubierta estaba en completa oscuridad, sin ninguna presencia ni rastro alguno.

En el año 2005, tres amigos llevaron a cabo una expedición que recogieron con todo detalle en un cuaderno de campo. En él relataban que mientras descendían por el sendero, todos tenían la sensación de que algo revoloteaba sobre sus cabezas, y de hecho en muchas ocasiones agachaban a la vez las cabezas por miedo a que algo chocase contra ellas. Casi en un acto reflejo, el destacado fotógrafo Teyo Bermejo, aún sin ver nada comenzó a disparar su cámara.

Al revelarla se puede observar una especie de ser alado. Alumbraban una y otra vez al cielo para poder iluminar lo que supuestamente volaba por encima de ellos, al cabo de unos minutos, a aquellos misteriosos aleteos se sumaron los llantos de un niño y unos graznidos profundos y extraños que llegaron a asustar a los excursionistas.

Existe multitud de testigos que afirman haber vivido una experiencia similar. Pero la historia más sorprendente es la que ha sido llamada la de “La niña de las peras”. Todo ocurrió en el año 1905, unos padres mandaron al barranco a su hija para que recogiera fruta para el postre. Inesperadamente la niña desapareció, sumiendo en un gran revuelo a todo el municipio. Se rastreó el lugar durante varios días, pero no hallaron rastro alguno de la pequeña. Era como si se la hubiese tragado la tierra.

30 años más tarde, la niña volvía a casa como si tan sólo hubiese estado fuera unos minutos. Mientras sus padres habían acusado el paso del tiempo, la niña aparecía con la misma edad y aspecto con el que desapareció, tres décadas atrás.  La niña contaría más tarde, que mientras que recogía las peras, vio a un ser muy alto vestido de blanco que llamó su atención. Sin temor alguno, acompañó a este hasta el interior de una cueva y una vez allí descendieron por una escalera hasta una especie de jardín, en el que había más seres de blanco como al que siguió. La niña charló con aquellos seres durante unos instantes, hasta que el primero la llevó de regreso hasta el lugar en donde había estado cogiendo las peras.

Hay muchos investigadores que formulan la hipótesis de que los nazis pudieron estar en el Barranco de Badajoz. Para ello se basan por un lado en que se sabe con certeza que los nazis estuvieron en el Archipiélago y por otro el hallazgo el 28 de julio de 1991 en el Barranco de Badajoz, de una empuñadura o embellecedor  de una daga, que nos muestra un ser alado.

Hay 7 minas para la extracción de agua situadas en el Barranco, Acaymo es conocida también como la  “Cueva negra”, con una longitud de 1.975 metros. El Almagre con 2.900 metros de longitud.  Chamoco es la galería más escondida y la más larga, tiene 4.086 metros de longitud. Aceviño con 2.275 metros cuenta con edificaciones en su entrada que sirvieron de alojamiento a los mineros y almacén de máquinas y herramientas. Nuestra señora del Socorro con 1.879 metros de galería. El  Cañizo de 1.815 metros es la mina más corta del Barranco. Izaña la más antigua ya que las excavaciones comenzaron en 1912. Se ignora la longitud de esta mina.

Hay un rostro en el relieve de la montaña que se define con una nitidez sorprendente, puede verse en la parte baja del Barranco de Badajoz, en la pared S.O. Se encuentra justo encima de la mina Acaymo y es conocido como la Cara del Niño.
 

Misteriosos seres alados, nieblas de «comportamiento» extraño y que aparecen en días soleados, ruidos de origen desconocido, gente que se ha sentido «zarandeada» por fuerzas desconocidas, comportamiento errático de cámaras fotográficas. Otros testigos aseguran haber escuchado una voz desagradable surgiendo de las entrañas del Barranco pero también de melodías muy similares a cantos gregorianos, perfectamente audibles. El avistamiento de esferas de luz parece también algo común, que sobrevuelan las paredes de la montaña y que desprenden una luminosidad espectacular.