23 de agosto de 2021

 CASTILLO DE BUENA ESPERANZA:

Ciudad del Cabo, Sudáfrica.














Construido en el siglo XVII, entre 1666-1679 por la East India Company. Originalmente ubicada en la costa de la Bahía de la Mesa, en 1936 el castillo fue declarado monumento nacional.

Pieter Gysbert van Noodt Gobernador de El Cabo en el siglo XVIII, era un hombre temible y severo que mandó a la horca a siete soldados que habían intentado desertar. Estos soldados habían sido sentenciados por el consejo militar a ser apaleados y deportados. Conocedor de la sentencia, y para que sirviera de escarmiento, el gobernador levantó la sentencia y mandó ahorcarlos. De nada sirvieron las peticiones de clemencia: cuando llegó el momento fatal uno de aquellos soldados, invocando al cielo, levantó la vista y pidió justicia divina contra el gobernador.  

Aquella noche, van Noodt fue encontrado muerto en su silla, con el rictus contraído de espanto y el horror dibujado en su cara.

Siendo gobernador su entierro debía hacerse siguiendo todos los protocolos y aunque así se hizo para aparentar, lo cierto es que el ataúd se enterró vacío, pues temerosos de una maldición no quisieron enterrarlo realmente en campo santo. Su cuerpo fue echado, sin más honores, a una fosa.

La historia del Castillo está sembrada de sucesos lúgubres y es que durante muchos años el castillo sirvió de prisión para muchos desgraciados que acabaron perdiendo la vida en sus oscuros calabozos. Entre estos calabozos es famoso el conocido como «agujero negro», una celda donde se encadenaba a los presos en la oscuridad. Esta celda se inunda cuando sube la marea en invierno y ahogó a muchos de aquellos prisioneros.

Desde entonces, en el castillo se han venido observando muchos sucesos y apariciones extrañas. Es normal que las luces se apaguen y enciendan solas y que se escuchen voces. O que las campanas del castillo suenen, este tañido de campanas también se atribuye a un soldado que se suicidó colgándose de la cuerda de éstas.

Dicen que de vez en cuando una silueta se ve en las almenas, junto a las campanas.

También se cuenta que suele verse el espíritu de un gran perro que se abalanza sobre los turistas y que solamente desaparece justo en el momento en que va a impactar contra ellos.

O la amenazante figura de una dama gris que se pasea por las estancias, o se ve corriendo por los pasillos llorando y dicen pertenece a una artista que escribía y pintaba sobre el castillo, Lady Anne Barnard (12 de diciembre de 1750-6 de mayo de 1825). El espíritu no ha sido reportado desde que hace unos años se encontró el cuerpo de una mujer durante una excavación en los terrenos del castillo.






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