15 de marzo de 2022

 LA CASA DE MONTE CRISTO:

Junee, Nueva Gales del sur, Australia.

Christopher William Crawley [1841-1910] adquirió en enero de 1876 dos parcelas de tierra, después de años de lucha, la agricultura y muchas privaciones, se hizo rico. Se convirtió en el fundador del pueblo. Con su riqueza levantó los pilares de Monte Cristo, (1884-1885).

La casa era conocida como lugar donde se celebraron reuniones y en la que los Crawley tuvieron siete hijos.

La Señora Crawley siempre vestía un vestido negro de encaje, gobernó la casa con una barra de hierro junto con su marido, el personal que trabajaba para ellos vivió duras historias de maltrato que dieron lugar a numerosas leyendas siniestras que persisten hoy.

William Christopher murió en el 14 de diciembre de 1910 a los 69 años de una insuficiencia cardíaca. Se cree que su viuda sólo abandonó la casa en dos ocasiones en los restantes veintitrés años de su vida, convirtiendo su habitación en una pequeña capilla, donde leía constantemente la Biblia. La Sra. Crawley murió en Monte Cristo el 12 de agosto de 1933 a la edad de 92 de otra insuficiencia cardíaca.

Los últimos miembros de la familia se marcharon en 1948, tras lo cual nadie volvió a vivir allí, hasta que fue adquirido por otro matrimonio, los Ryan’s una década más tarde.

Cuentan que un día fueron al centro a por suministros, en el viaje de regreso por la noche vieron a lo lejos una luz encendida en cada ventana ; Llegaron a tal conmoción que pararon el coche y se quedaron sentados observando cómo la casa se encontraba totalmente iluminada, pensaron que se trataba de algún ladrón y cuando llegaron las luces se apagaron todas de pronto, al hijo le sucedió lo mismo 27 años más tarde, regresaba a casa y no había nadie, el observó como todas las luces de la casa se encendieron a la vez, y cuando se acercó a la puerta, se volvieron a apagar de inmediato, sin ninguna explicación lógica.

Las escaleras de la casa, son también epicentro de bastante actividad paranormal: “les estaba mostrando la casa a una madre y a su hija, recuerdo cuando subíamos las escaleras y me decían que algo les empujaba y les costaba trabajo avanzar, como si hubiese una fuerza invisible que les impedía subir y por lo que se ha investigado, la escalera tiene que ver con la muerte de un niño.

En 1992, un sobrino y su novia nos hicieron una visita, y la chica fue un momento al baño, mi sobrino la acompañó, cuando se disponían a bajar, escucharon unas voces que surgían de la nada y que venían de una parte no iluminada, cuando se acercaron vieron una mujer joven vestida de blanco que dijo suavemente dos veces: “No te preocupes, los derechos serán de todos” y desapareció ante sus ojos.

Parece ser que el comedor es el lugar en el que más se siente la presencia de la Sra. Crawley. En una visita que realizó a la casa una psíquica, en varias ocasiones durante las comidas ella se levantó y abandonó la sala sin explicación, esperó afuera un momento y regresó a su asiento. Más tarde contaría que la Sra. Crawley le había ordenado salir de la sala.

En el balcón de arriba es fácil escuchar pasos fantasmales, el sonido de unos tacones de mujer caminar. A veces llamaba pensando que era un miembro de la familia, pero nunca recibía respuesta. “Lo mismo ocurría algunas noches que estábamos solos en la casa, sentíamos como alguien bajaba las escaleras y regresaba de nuevo 15 minutos más tarde.


Muchos visitantes han salido despavoridos nada más entrar en ella, como es el caso de una periodista que quiso grabar en la estancia donde se recluía en vida la Señora Crawley y le fue imposible, empezó a sentir un miedo incontrolable. También están los casos de un matrimonio y su hija de quince años que al entrar en una de las habitaciones comenzó a sufrir un ataque de asma cuando jamás en su vida lo había tenido, la niña dijo una vez recuperada que no vendría más, o el de un cura que también visitó la casa y quiso bendecir ésta, durante el recorrido por ella hizo la señal de la cruz y salió despavorido hacia la puerta.

Las hijas de los Ryan cuando eran pequeñas dormían juntas en una habitación, muchas noches llamaban a sus padres llorando porque veían a un hombre en la ventana observándolas, lo describían como un hombre joven con la cara manchada, que vestía con ropa de trabajo.

Pero más invitados han tenido experiencias en la casa, un matrimonio vio una figura blanca que flotaba alrededor de la habitación y desaparecía por la ventana cerrada. A otro amigo de la familia le sorprendió ver un rostro de mujer a los pies de la cama, sin cuerpo y a un tercero al que hubo que cambiarlo de habitación porque oía unos gritos y aseguraba que, con él, en la misma habitación, había alguien más.

Gritos y lamentos se han oído en los establos, al parecer mantuvieron encadenado a un enfermo mental, hijo de una de las sirvientas que murió víctima de su abandono.  

Ahora la casa está abierta al público, muchos de los visitantes han presenciado o sentido cosas, como una niña asustada que al separarse del grupo con el que venía explicaba que se enfrentó a una mujer mala en las escaleras vestida con ropa antigua que le gritaba diciéndole que saliera de su casa”, o personas que ven en el exterior de la casa a gente vestida con ropa de trabajo o aquel niño que desde el coche vio a un señor mayor con traje marrón, sin moverse y mirando hacia él.



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