24 de mayo de 2022

 CASTILLO DE DRAGSHOLM:

Dragsholm, Odsherred, Isla de Zelanda (Sjaelland), Dinamarca.

Fue el obispo de Roskilde la persona que construyó este castillo, en el siglo XII. Además de ser una construcción histórica es también un famoso restaurante en la zona y un hotel. Se ofrece un servicio de visitas guiadas para conocer diferentes salones, habitaciones y conocer los jardines de los alrededores.

Se habla de varios espíritus, una tímida mujer que lleva un vestido gris, que se cree que era la sirvienta del lugar y que rara vez se aparece. De ella se dice que si logras verla debes saludarla con una reverencia de agradecimiento.

Otra vestida de blanco, de la que hay dos historias, una es que se enamoró del hijo de los dueños del castillo y fue asesinada por el padre de él, la otra historia es que era la hija de un noble que se enamoró de un vigilante y el padre al enterarse la encerró en una habitación de reducidas dimensiones de la que nunca más salió.

Como dato curioso, un esqueleto fue hallado en el castillo durante 1930, con un vestido similar al del fantasma.

Y finalmente el conde de Bothwell, Jacobo Hepburn (1534 -14 de abril de 1578), tercer marido de la reina de Escocia, María Estuardo, que fue aprisionado en el castillo y murió tras volverse loco por el aislamiento y las condiciones inhumanas.

Los visitantes al castillo dicen verlo montando a caballo o manejando un carruaje por las noches. También se ha visto en la iglesia cerca del castillo.




 CASTILLO DE DRAGSHOLM:

Dragsholm, Odsherred, Isla de Zelanda (Sjaelland), Dinamarca.

Fue el obispo de Roskilde la persona que construyó este castillo, en el siglo XII. Además de ser una construcción histórica es también un famoso restaurante en la zona y un hotel. Se ofrece un servicio de visitas guiadas para conocer diferentes salones, habitaciones y conocer los jardines de los alrededores.

Se habla de varios espíritus, una tímida mujer que lleva un vestido gris, que se cree que era la sirvienta del lugar y que rara vez se aparece. De ella se dice que si logras verla debes saludarla con una reverencia de agradecimiento.

Otra vestida de blanco, de la que hay dos historias, una es que se enamoró del hijo de los dueños del castillo y fue asesinada por el padre de él, la otra historia es que era la hija de un noble que se enamoró de un vigilante y el padre al enterarse la encerró en una habitación de reducidas dimensiones de la que nunca más salió.

Como dato curioso, un esqueleto fue hallado en el castillo durante 1930, con un vestido similar al del fantasma.

Y finalmente el conde de Bothwell, Jacobo Hepburn (1534 -14 de abril de 1578), tercer marido de la reina de Escocia, María Estuardo, que fue aprisionado en el castillo y murió tras volverse loco por el aislamiento y las condiciones inhumanas.

Los visitantes al castillo dicen verlo montando a caballo o manejando un carruaje por las noches. También se ha visto en la iglesia cerca del castillo.




 LA CALLE SALMÓN:

Una noche de septiembre de 1826, una casa ubicada en Laksegade 15 (Calle Salmón), en el centro de Copenhague, Dinamarca, se convirtió en el origen del mal. 

De repente, todos los residentes del edificio huyeron presos del pánico a la calle, desde donde podían observar como sus casas se convertían en un estado de caos total.  

Los testigos describieron como las ventanas se rompían y como los objetos salían volando por el aire, como si fueran lanzados por una enorme fuerza invisible.

Se podían oír en toda la calle aterradoras carcajadas, extraños gritos y voces de ultratumba que maldecían. Algunos testigos incluso afirmaron haber oído gruñidos como los de un animal salvaje, y haber visto unos grandes ojos rojos brillando detrás de las ventanas.

Cuando la policía llegó no podía creer lo que estaban presenciando, aun así, decidieron registrar el edificio, pero no pudieron localizar la fuente de tales fenómenos. A los pocos minutos, los fenómenos paranormales desparecieron, pero los oficiales de policía decidieron hacer guardia allí durante varios días. Aunque lo más extraño estaba por ocurrir. 

Durante el posterior interrogatorio a los testigos presenciales, una mujer de edad avanzada que residía en el edificio, dijo que creía que ella era la causante del terrible incidente, ya que provocó a los malos espíritus mientras consultaba el Cipriano (grimorio oculto que se creía que estaba escrito en sangre).

 

 

 

 

 LA CALLE SALMÓN:

Una noche de septiembre de 1826, una casa ubicada en Laksegade 15 (Calle Salmón), en el centro de Copenhague, Dinamarca, se convirtió en el origen del mal. 

De repente, todos los residentes del edificio huyeron presos del pánico a la calle, desde donde podían observar como sus casas se convertían en un estado de caos total.  

Los testigos describieron como las ventanas se rompían y como los objetos salían volando por el aire, como si fueran lanzados por una enorme fuerza invisible.

Se podían oír en toda la calle aterradoras carcajadas, extraños gritos y voces de ultratumba que maldecían. Algunos testigos incluso afirmaron haber oído gruñidos como los de un animal salvaje, y haber visto unos grandes ojos rojos brillando detrás de las ventanas.

Cuando la policía llegó no podía creer lo que estaban presenciando, aun así, decidieron registrar el edificio, pero no pudieron localizar la fuente de tales fenómenos. A los pocos minutos, los fenómenos paranormales desparecieron, pero los oficiales de policía decidieron hacer guardia allí durante varios días. Aunque lo más extraño estaba por ocurrir. 

Durante el posterior interrogatorio a los testigos presenciales, una mujer de edad avanzada que residía en el edificio, dijo que creía que ella era la causante del terrible incidente, ya que provocó a los malos espíritus mientras consultaba el Cipriano (grimorio oculto que se creía que estaba escrito en sangre).

 

 

 

 

 IGLESIA DE CHAONEI:

Pekín, Beijing.

Iglesia cristiana, construida por un sacerdote inglés que desapareció misteriosamente, hoy está abandonada.

En los sótanos de la iglesia hay un asombroso túnel de decenas de km que lleva hasta las afueras de la ciudad. Después se convirtió en la casa de un alto cargo del gobierno de China y su familia, en 1949 el político emigró a Taiwán y dejó allí a su familia, la esposa se suicidó tras ser abandonada, colgándose de una viga y hoy se escuchan sus llantos por la noche. Su fantasma está dando vueltas por la mansión desde entonces.

Quienes han pasado la noche en la terrorífica mansión aseguran haber visto objetos en movimiento, gemidos, incluso como como si alguien fuera torturado. Según explicó un parapsicólogo local, “todos los animales tienen miedo a los fantasmas, especialmente las ratas, por lo que en la mansión Chaonei no hay ninguna.

Los expertos llevan años investigando los extraños fenómenos que tienen lugar en la mansión, colocando videocámaras de visión nocturna por la noche, mostrando extrañas perturbaciones en las imágenes, o misteriosas sombras que desaparecen entre las habitaciones. En 2011 se publicó una extraña fotografía que parecía mostrar claramente una silueta translúcida, lo que para muchos expertos era una clara evidencia de fantasmas en la mansión.

Según las declaraciones de los vecinos, por las noches se oye a menudo voces, lo que hace que la gente llame a las autoridades pensando que son vagabundos. Pero cuando la policía se presenta en la mansión no hay nadie, lo que hace que en los últimos años se nieguen a acceder a la mansión.  

“Muchas noches no puedo ni dormir, ya que escucho estas voces y lamentos muy claras. Una vez incluso me acerqué porque vi la luz de una vela. Cuando estaba cerca de la ventana pude observar una silueta oscura y translucida. Desde entonces evito acercarme.”

La gente que pasa frente a Chaonei No. 81 asegura experimentar una profunda sensación de miedo o aprensión. Se dice que durante los húmedos meses de verano, el pórtico de la mansión es mucho más frío que cualquier otra entrada con sombra.

Las historias de fantasmas alejan a los potenciales compradores y ahora se encuentra en la lista de preservación histórica para que no sea demolida sino renovada. 



 IGLESIA DE CHAONEI:

Pekín, Beijing.

Iglesia cristiana, construida por un sacerdote inglés que desapareció misteriosamente, hoy está abandonada.

En los sótanos de la iglesia hay un asombroso túnel de decenas de km que lleva hasta las afueras de la ciudad. Después se convirtió en la casa de un alto cargo del gobierno de China y su familia, en 1949 el político emigró a Taiwán y dejó allí a su familia, la esposa se suicidó tras ser abandonada, colgándose de una viga y hoy se escuchan sus llantos por la noche. Su fantasma está dando vueltas por la mansión desde entonces.

Quienes han pasado la noche en la terrorífica mansión aseguran haber visto objetos en movimiento, gemidos, incluso como como si alguien fuera torturado. Según explicó un parapsicólogo local, “todos los animales tienen miedo a los fantasmas, especialmente las ratas, por lo que en la mansión Chaonei no hay ninguna.

Los expertos llevan años investigando los extraños fenómenos que tienen lugar en la mansión, colocando videocámaras de visión nocturna por la noche, mostrando extrañas perturbaciones en las imágenes, o misteriosas sombras que desaparecen entre las habitaciones. En 2011 se publicó una extraña fotografía que parecía mostrar claramente una silueta translúcida, lo que para muchos expertos era una clara evidencia de fantasmas en la mansión.

Según las declaraciones de los vecinos, por las noches se oye a menudo voces, lo que hace que la gente llame a las autoridades pensando que son vagabundos. Pero cuando la policía se presenta en la mansión no hay nadie, lo que hace que en los últimos años se nieguen a acceder a la mansión.  

“Muchas noches no puedo ni dormir, ya que escucho estas voces y lamentos muy claras. Una vez incluso me acerqué porque vi la luz de una vela. Cuando estaba cerca de la ventana pude observar una silueta oscura y translucida. Desde entonces evito acercarme.”

La gente que pasa frente a Chaonei No. 81 asegura experimentar una profunda sensación de miedo o aprensión. Se dice que durante los húmedos meses de verano, el pórtico de la mansión es mucho más frío que cualquier otra entrada con sombra.

Las historias de fantasmas alejan a los potenciales compradores y ahora se encuentra en la lista de preservación histórica para que no sea demolida sino renovada. 



 MANSION DEL PRINCIPE GONG:

17 Qianhai W St, Shi Cha Hai, Xicheng Qu, Beijing Shi, China.

También conocida como la Mansión del Príncipe Kung, es un museo y atracción turística.

Fue construida en 1777 durante la dinastía Qing para Heshen, un prominente funcionario de la corte en el reinado del Emperador Qianlong, en el siglo XVIII. 

Llamada la casa de los espíritus, encerraba allí a sus mujeres hasta que morían. Abandonaba a las mujeres que ya no quería, muchas murieron aquí y desde entonces hay gente que han visto cosas extrañas.

El palacio estaba dedicado a su esposa Feng Shi, que murió de tristeza cuando su hijo menor murió asesinado luchando contra los rebeldes, se dice que su fantasma sigue en el palacio, así como por muchos antiguos escoltas de Heshen.

Los gritos de Feng se pueden escuchar en toda la mansión. Guardias de seguridad han informado que vieron fantasmas femeninos vestidos de blanco en el jardín.



 MANSION DEL PRINCIPE GONG:

17 Qianhai W St, Shi Cha Hai, Xicheng Qu, Beijing Shi, China.

También conocida como la Mansión del Príncipe Kung, es un museo y atracción turística.

Fue construida en 1777 durante la dinastía Qing para Heshen, un prominente funcionario de la corte en el reinado del Emperador Qianlong, en el siglo XVIII. 

Llamada la casa de los espíritus, encerraba allí a sus mujeres hasta que morían. Abandonaba a las mujeres que ya no quería, muchas murieron aquí y desde entonces hay gente que han visto cosas extrañas.

El palacio estaba dedicado a su esposa Feng Shi, que murió de tristeza cuando su hijo menor murió asesinado luchando contra los rebeldes, se dice que su fantasma sigue en el palacio, así como por muchos antiguos escoltas de Heshen.

Los gritos de Feng se pueden escuchar en toda la mansión. Guardias de seguridad han informado que vieron fantasmas femeninos vestidos de blanco en el jardín.



 HOSPITAL DEL TORAX DE OFRA:

Carretera Cuesta Taco, Ofra, Santa Cruz de Tenerife.

Que en unas antiguas instalaciones, como las del Hospital del Tórax, surjan testimonios sobre fenómenos paranormales no nos coge de sorpresa.

Se trata de un edificio que se levantó para  luchar contra la tuberculosis, que entre la población isleña tuvo una especial incidencia. El temor que despertaba este mal hizo que en los años 40, muchas personas evitaran acercarse al hospital porque se consideraba maldito.

El 16 de agosto de 1945, se inauguró de manera oficial con la entrada de 96 enfermos de tuberculosis, se articulaba a partir de tres plantas, en las que la enfermería con sus terrazas estaba orientada hacia el este-sureste. Al lado contrario, se alzan la fachada principal con su puerta principal, a la que se unían los servicios generales del establecimiento. Junto al gran edificio se construyeron garajes y un cuarto destinados a las lavadoras, a los que se le unieron las viviendas destinadas al director, administrador, enfermeras, conserje y empleados masculinos.

Una de estas historias habla de la presencia de una monja fantasmal que se pasea por los pasillos. También ha sido vista en la capilla del hospital. Un ciudadano alemán hizo una fotografía en este lugar y la sorpresa que se encontró fue mayúscula cuando, al descargar el archivo en su ordenador, pudo observar una “figura de fuego” cuya apariencia recordaba a la de una monja.

Este tipo de avistamientos son el recuerdo del sacrificado trabajo de las monjas en los hospitales, cuando no habían enfermeras. En el Tórax, estuvieron desarrollando su labor las hermanas de la orden mercedaria.  

En el Área de Cuidados Paliativos del Hospital del Tórax en la tercera planta, se viene apareciendo a los pacientes una misteriosa figura que suele ser descrita como la de un “hombre con sombrero”. Y esto no sucede de cualquier forma o en cualquier lugar. Ocurre, concretamente en la habitación 29.

Según varios trabajadores del hospital la entidad suele ser descrita como una sombra, sin rasgos faciales aparentes, tocada por lo que parece ser un sombrero. Hace acto de presencia por la noche, entrando por la puerta de la habitación y acercándose hasta los pies de la cama del enfermo. Según suelen contar al día siguiente, momento en que la experiencia es recogida por los enfermeros, esta sombra da la impresión de que les observa desde esa posición pero no transmite ningún mensaje. Acto seguido, o bien regresa por el mismo camino, o bien parece difuminarse, desapareciendo literalmente.

En 6 o 7 años lo han visto unas 30 o 40 personas. Hay quien dice que pueden ser alucinaciones o delirios de los enfermos, pero es curioso que solo ocurra en la habitación 29. El hombre del sombrero es un arquetipo. Existen incontables testimonios relativos a esta misteriosa entidad, en el caso que nos ocupa, no parece asustar ni crear temor en los testigos. Los pacientes del Tórax no indican ninguna sensación de inquietud o miedo. Quizás sea un guía que calma la ansiedad del enfermo y le enseña el camino a seguir. Una forma de canalizar el momento de la muerte.  

Los pacientes no son los únicos que han tenido encuentros extraños en el Tórax. Los propios enfermeros han sido testigos de presencias sobrenaturales. Juan Antonio Gómez, auxiliar de enfermería en Paliativos vivió una experiencia difícil de olvidar. Sucedió en 2002.  

"Estaba sentado, en mi escritorio, estoy escribiendo y veo pasar de reojo, a una persona vestida de blanco. Le digo a la enfermera: “¿Tú acabas de pasar por aquí?. Y ella me dice que no, “Sí has pasado por aquí, que te acabo de ver”. Y ella que no, que no. Solo te puedo decir que iba vestido de blanco y que parecía un hombre. Apenas pude apreciarlo con la visión periférica, pero fue lo suficientemente claro como para poder afirmar que estaba allí. Allí no había nadie más que nosotros. No estaba ni el médico de guardia. La puerta de entrada se cierra con llave, no puede entrar nadie. Y la puerta que hay por fuera, que da al aparcamiento también se cierra con llave.

Si uno salía un momento para comer o lo que sea, se cerraba a cal y canto. Obviamente me asusté. Llamé a la enfermera a gritos y los dos nos dirigimos hacia la habitación que hay al otro lado del pasillo, en la dirección a la que se movió y desapareció ese individuo. Era una habitación sin salida. No había ni rastro. Allí había varios pacientes pero estaban muy sedados. Al rato volvimos a pasar por la habitación y había fallecido uno de los pacientes. Nos quedamos…No sabíamos qué decir ni hacer.  

A los cinco días se produjo una situación muy similar en aquella misma planta. En esa ocasión, fue una compañera suya la que se enfrentó a un extraña presencia. En ese momento, solo había un paciente en este departamento. Se encontraba en fase agónica. No había nadie más. Todo estaba cerrado. Todas las puertas en planta daban a hacia un balcón.

Elena y una auxiliar estaban haciendo una ronda de madrugada. En el momento de entrar en la habitación donde se encontraba el enfermo, ven salir a alguien que se dirige hacia el balcón. Lo describieron como un hombre joven que iba completamente vestido de blanco. Se quedaron sin reaccionar durante unos segundos. Sencillamente, allí no podía haber nadie. Entonces fueron a dar con aquel individuo. Al llegar al balcón no había rastro de él.

No podía haberse colado por ninguna de las puertas porque estaban cerradas con llave. Y tampoco podía haber saltado hacia la calle o se habría matado, ya que por esa parte del edificio hay varias plantas. Por lo menos habrían visto la caída. Es como si se hubiese esfumado. Se podría pensar en una alucinación, pero es que en este caso lo vieron dos personas.

Posteriormente, alertaron a otro médico que se encontraba de guardia e hicieron una ronda para encontrar al intruso, pero no hubo resultado. Lo que ocurrió tan solo dos horas después, dejó a sus compañeras en estado de shock. El único paciente de aquella habitación falleció.

El personal que convive a diario con los enfermos terminales suele describir episodios insólitos como experiencias cercanas a la muerte, la autoconciencia del propio fallecimiento, la súbita mejoría previa al óbito o la visión de seres fallecidos.

En una habitación situada en la cuarta planta, durante unas obras de mantenimiento, unos operarios abrieron un agujero en la pared y descubrieron que había una pequeña habitación secreta, en la que solo había un tocador, un espejo y un crucifijo, y todos muy antiguos. En estas dos habitaciones, la principal y la secreta todos los enfermos que eran instalados ahí empeoraban su estado de salud de forma inmediata. Llegó a hacerse una investigación por si todo tuviera que ver con algún hongo o bacteria que estuviera por algún rincón de la estancia, o en el aire acondicionado, pero no se halló nada sospechoso, y esto llevó a los responsables del centro a llamar a un cura para que bendijera el lugar.


 HOSPITAL DEL TORAX DE OFRA:

Carretera Cuesta Taco, Ofra, Santa Cruz de Tenerife.

Que en unas antiguas instalaciones, como las del Hospital del Tórax, surjan testimonios sobre fenómenos paranormales no nos coge de sorpresa.

Se trata de un edificio que se levantó para  luchar contra la tuberculosis, que entre la población isleña tuvo una especial incidencia. El temor que despertaba este mal hizo que en los años 40, muchas personas evitaran acercarse al hospital porque se consideraba maldito.

El 16 de agosto de 1945, se inauguró de manera oficial con la entrada de 96 enfermos de tuberculosis, se articulaba a partir de tres plantas, en las que la enfermería con sus terrazas estaba orientada hacia el este-sureste. Al lado contrario, se alzan la fachada principal con su puerta principal, a la que se unían los servicios generales del establecimiento. Junto al gran edificio se construyeron garajes y un cuarto destinados a las lavadoras, a los que se le unieron las viviendas destinadas al director, administrador, enfermeras, conserje y empleados masculinos.

Una de estas historias habla de la presencia de una monja fantasmal que se pasea por los pasillos. También ha sido vista en la capilla del hospital. Un ciudadano alemán hizo una fotografía en este lugar y la sorpresa que se encontró fue mayúscula cuando, al descargar el archivo en su ordenador, pudo observar una “figura de fuego” cuya apariencia recordaba a la de una monja.

Este tipo de avistamientos son el recuerdo del sacrificado trabajo de las monjas en los hospitales, cuando no habían enfermeras. En el Tórax, estuvieron desarrollando su labor las hermanas de la orden mercedaria.  

En el Área de Cuidados Paliativos del Hospital del Tórax en la tercera planta, se viene apareciendo a los pacientes una misteriosa figura que suele ser descrita como la de un “hombre con sombrero”. Y esto no sucede de cualquier forma o en cualquier lugar. Ocurre, concretamente en la habitación 29.

Según varios trabajadores del hospital la entidad suele ser descrita como una sombra, sin rasgos faciales aparentes, tocada por lo que parece ser un sombrero. Hace acto de presencia por la noche, entrando por la puerta de la habitación y acercándose hasta los pies de la cama del enfermo. Según suelen contar al día siguiente, momento en que la experiencia es recogida por los enfermeros, esta sombra da la impresión de que les observa desde esa posición pero no transmite ningún mensaje. Acto seguido, o bien regresa por el mismo camino, o bien parece difuminarse, desapareciendo literalmente.

En 6 o 7 años lo han visto unas 30 o 40 personas. Hay quien dice que pueden ser alucinaciones o delirios de los enfermos, pero es curioso que solo ocurra en la habitación 29. El hombre del sombrero es un arquetipo. Existen incontables testimonios relativos a esta misteriosa entidad, en el caso que nos ocupa, no parece asustar ni crear temor en los testigos. Los pacientes del Tórax no indican ninguna sensación de inquietud o miedo. Quizás sea un guía que calma la ansiedad del enfermo y le enseña el camino a seguir. Una forma de canalizar el momento de la muerte.  

Los pacientes no son los únicos que han tenido encuentros extraños en el Tórax. Los propios enfermeros han sido testigos de presencias sobrenaturales. Juan Antonio Gómez, auxiliar de enfermería en Paliativos vivió una experiencia difícil de olvidar. Sucedió en 2002.  

"Estaba sentado, en mi escritorio, estoy escribiendo y veo pasar de reojo, a una persona vestida de blanco. Le digo a la enfermera: “¿Tú acabas de pasar por aquí?. Y ella me dice que no, “Sí has pasado por aquí, que te acabo de ver”. Y ella que no, que no. Solo te puedo decir que iba vestido de blanco y que parecía un hombre. Apenas pude apreciarlo con la visión periférica, pero fue lo suficientemente claro como para poder afirmar que estaba allí. Allí no había nadie más que nosotros. No estaba ni el médico de guardia. La puerta de entrada se cierra con llave, no puede entrar nadie. Y la puerta que hay por fuera, que da al aparcamiento también se cierra con llave.

Si uno salía un momento para comer o lo que sea, se cerraba a cal y canto. Obviamente me asusté. Llamé a la enfermera a gritos y los dos nos dirigimos hacia la habitación que hay al otro lado del pasillo, en la dirección a la que se movió y desapareció ese individuo. Era una habitación sin salida. No había ni rastro. Allí había varios pacientes pero estaban muy sedados. Al rato volvimos a pasar por la habitación y había fallecido uno de los pacientes. Nos quedamos…No sabíamos qué decir ni hacer.  

A los cinco días se produjo una situación muy similar en aquella misma planta. En esa ocasión, fue una compañera suya la que se enfrentó a un extraña presencia. En ese momento, solo había un paciente en este departamento. Se encontraba en fase agónica. No había nadie más. Todo estaba cerrado. Todas las puertas en planta daban a hacia un balcón.

Elena y una auxiliar estaban haciendo una ronda de madrugada. En el momento de entrar en la habitación donde se encontraba el enfermo, ven salir a alguien que se dirige hacia el balcón. Lo describieron como un hombre joven que iba completamente vestido de blanco. Se quedaron sin reaccionar durante unos segundos. Sencillamente, allí no podía haber nadie. Entonces fueron a dar con aquel individuo. Al llegar al balcón no había rastro de él.

No podía haberse colado por ninguna de las puertas porque estaban cerradas con llave. Y tampoco podía haber saltado hacia la calle o se habría matado, ya que por esa parte del edificio hay varias plantas. Por lo menos habrían visto la caída. Es como si se hubiese esfumado. Se podría pensar en una alucinación, pero es que en este caso lo vieron dos personas.

Posteriormente, alertaron a otro médico que se encontraba de guardia e hicieron una ronda para encontrar al intruso, pero no hubo resultado. Lo que ocurrió tan solo dos horas después, dejó a sus compañeras en estado de shock. El único paciente de aquella habitación falleció.

El personal que convive a diario con los enfermos terminales suele describir episodios insólitos como experiencias cercanas a la muerte, la autoconciencia del propio fallecimiento, la súbita mejoría previa al óbito o la visión de seres fallecidos.

En una habitación situada en la cuarta planta, durante unas obras de mantenimiento, unos operarios abrieron un agujero en la pared y descubrieron que había una pequeña habitación secreta, en la que solo había un tocador, un espejo y un crucifijo, y todos muy antiguos. En estas dos habitaciones, la principal y la secreta todos los enfermos que eran instalados ahí empeoraban su estado de salud de forma inmediata. Llegó a hacerse una investigación por si todo tuviera que ver con algún hongo o bacteria que estuviera por algún rincón de la estancia, o en el aire acondicionado, pero no se halló nada sospechoso, y esto llevó a los responsables del centro a llamar a un cura para que bendijera el lugar.